En la cocina puertorriqueña, es el elemento clave para la preparación de especias, condimentos y sabrosas confecciones. Este utensilio también se utiliza como forma de molino casero para machacar ajo, platano, maíz, café tostado u otros granos al ritmo de la bomba y plena…
Los pilones puertorriqueños están hechos de madera de caoba o de guayacán, maderas muy fuertes, llenas de vetas y fibras, verdosas y marrones, grietas entretejidas, fácil de secar al aire libre, de acabado fino y duradero. También estas maderas son consideradas una de las mas preciosas y finas; utilizadas en diferentes países para la ebanistería, el tallado de artesanías, mueblería fina y hasta para carbón.
En nuestra isla, se ha trabajado la artesanía y la elaboración de los pilones en estas maderas preciosas. La resistencia que demuestra después de ser tallado ha hecho que estos pilones sean los favoritos en la cocina puertorriqueña, para la preparación de la platos y condimentos que son parte de nuestro sabor criollo.
Un buen pilón debe tener su madera tan pulida y sellada que casi parece tener una acabado pintado.
Ojo: Nunca use un pilón pintado con ningun tipo de tinte, pintura u otro acabado químico.
Para curar un pilon nuevo, remoje una toalla en aceite de maíz o vegetal y aplique a todo el pilon. Déjelo que absorba el aceite de un dia para otro. Recuerde, mientras mas use el pilón, mas sabor adquiere.
El sazón es lo que identifica a cada cocinero(a), la forma que lo prepara y que lo complementa a los diferentes platos y el pilon es la firma de los verdaderos cocineros puertorriqueños.
En pocas palabras, es el mejor artefacto para majar, machacar y hacer los mejores mofongos del mundo.
Otros pilones hechos de piedra llamados «mortero» o «molcajete» tambien han sido utilizados en muchas culturas para sus artes culinarias.